martes, 4 de diciembre de 2012

Haruto Hokujo

Oh My God!

Seiyuu: Katsuaki Arima.

Color de ojos: azules.
Color de cabello: rubio.
Color de piel: blanca.

Personalidad: Es bastante serio, pero por desgracia cae fácilmente en la desesperación (anime). Según Shingo Omi, Haruto “tiene un corazón de oro y además es bastante religioso”. En general es una buena persona, pero a veces se deja llevar por pensamientos y sentimientos negativos.

Vestimenta: Viste su uniforme escolar; en el anime camisa blanca y pantalón azul obscuro, en el manga el uniforme típico de cuello mao oscuro. Cuando va a alguna misión se viste con el traje litúrgico de ministro (protestante).

nota: En la edición española del manga se menciona que es católico pero en realidad es protestante por que la indumentaria que viste es blanca (sólo el Papa puede usar el color blanco y los protestantes no reconocen al Papa como su máxima autoridad, mientras que los padres católicos visten de negro)… Pero para generalizar se dice que es cristiano...

Hijo de un ministro cristiano. Es el presidente del Sagrado Consejo Estudiantil; él representa a la religión cristiana dentro del grupo. Tiene el cabello rubio rizado, conforme avanza la serie (manga) le crece bastante y lo recoge en una cola de caballo. A pesar de que no tiene poderes espirituales aparte de ver fantasmas, sólo él puede usar las siete placas sagradas de la escuela para llamar a los siete espíritus guardianes de Saito, según sea necesario. A él no le gusta su asignación ni hacer frente a los fantasmas, pero sus intentos de renunciar o transferirse a otras escuelas son constantemente saboteados por el director (en el anime es víctima de chantaje). Todos los días intenta renunciar. Su mayor deseo es ser normal y pasar el día atendiendo las clases, aunque sus compañeros, miembros del consejo disfruten de hacer el vago. Con la excepción del episodio 6 cada episodio termina con él diciendo: ¡Oh Dios Mío!

nota: En la versión manga, mientras que Haruto todavía piensa que no encaja en el consejo, según sus propias palabras; es notablemente más maduro, fiable y ecuánime que su encarnación en anime y se lleva un poco mejor con los espíritus.

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